Podemos entender la creación arquitectónica como el resultado de un trabajo sistemático sobre una base de abstracción que tiene un concepto y una serie de elementos que irán encontrando su ritmo y armonía. Es decir, que en el proceso hacia la construcción de cualquier obra de arquitectura, hablamos en términos abstractos. Es de este modo como el trabajo digital irrumpe en el desarrollo de la profesión para aportar infinitas posibilidades y romper todas las fronteras de la imaginación. Nos dispara permanentes estímulos y aumenta exponencialmente nuestra capacidad de creación. Con un lápiz en la mano, sentimos y buscamos las expresiones más profundas. En el mundo digital, encontramos herramientas que nos permiten desarrollar diseños de alta complejidad, de una manera impensada de otro modo.